lunes, 10 de enero de 2011

Momento sin moraleja



Recuerdo que mi papá siempre decía que se podía saber mucho de una persona por el modo de andar y por como vestía los zapatos. Siempre me inculcaba la importancia de tener los zapatos limpios. Creo que si me viera como soy de despistada ahora no me terminaría de regañar cuando se me olvida limpiar mis zapatos después que llovió. O si me viera con los Converse que entre mas sucios mejor.

Es que mi padre no podía salir de la casa sin antes asegurarse que su calzado fuese pulido adecuadamente. Toda una arte era verlo sentarse a lustrar con tanta delicadeza sus zapatos. Lo hacia muy bien, pues tantos años de lustrar zapatos en las calles del D.F. para pagar su estancia universitaria no fueron en vano.

Un día me sentó a su lado y me dio el cepillo y la crema para lustrar. Es que no podía faltar que su hija aprendiera tan delicada arte como era la de lustrar calzado. Vasto no mas que una embarrada de pomada y unas cepilladas rápidas para que me hicieran perder el interés en aquella delicadeza, que mas se pudiera esperar de una niña de 5 años. En aquel entonces no comprendía el interés de mi padre por lustrar su calzado antes de salir de casa. Igual, sigo sin comprender, pero recuerdo el momento.

~Zoraida~<3